Hay un auge por mostrarte feliz, pensar positivo, estar completa. Vivimos en un contexto en el que, a veces, parece que ser feliz es una obligación.
Impera una obsesión con la felicidad.
Esta huída de todo lo que te produce malestar, está demonizando los estados dolorosos inherentes a la experiencia humana en su totalidad.
Las redes sociales están explotadas de mensajes positivos, que sin darte cuenta, te arrastran a demostrar lo feliz que podes ser.
Y sólo eso.
Todo el mundo vive la vida perfecta.

Pero aunque el mensaje te empuje a intentar desterrar la tristeza, el enojo o los miedos, estos sentimientos “incómodos” también son necesarios para vivir una vida consciente y saludable.
Todas las emociones tienen un valor para la supervivencia del ser humano, tienen una finalidad, y por eso existen.
Pero puede ser que entender la finalidad de las emociones sea un poco difícil..
Y es super normal.