En el signo de Leo nos encontramos con la segunda experiencia del elemento fuego dentro del mandala zodiacal. Los signos de fuego nos hablan de la auto-expresión, de la vitalidad, del entusiasmo y de la identidad
La rueda zodiacal arquetípica (los doce signos de Aries a Pisics) nos ofrece -como símbolo en si mismo- una construcción de los diferentes niveles del desarrollo de la consciencia. En la experiencia de Leo -el quinto peldaño de esta rueda- hay una necesidad imperiosa de revalidar la propia identidad, y esta vez -en comparación con el signo de Aries- teniendo presente que no estoy solo sino que hay otros.
En Leo necesitamos sentir que somos únicos, (un ser separado de los otros) y descubrimos nuestra propia identidad y aquello que nos diferencia.
En cáncer la identificación de uno mismo estaba representada (en primer lugar) por el
clan familiar, lo que me une a ellos. En cambio lo que Leo anhela es darle forma a lo
individual, por eso es un signo fijo, que acumula y retiene todo aquello que le da
identidad.
RECONOCIMIENTO
En una primera instancia esta energía va a necesitar que esa expresión, que esa identidad,
esa propia potencia que va descubriendo sea reconocida.
Que el otro le entregue el reflejo
de su propia particularidad, que lo reafirme.
Así que cuando va descubriendo sus
potenciales se esfuerza por mostrarlo, por enseñarle al mundo todo lo que lleva adentro.
Observemos el símbolo del Sol
(regente de Leo):
Un punto en el centro de una periferia. El movimiento leonino va de ese centro a la
periferia.
Conectar con el sol es irradiar desde mi propia particularidad, desde mi
propio centro.
POSIBLES RESPUESTAS PSICOLÓGICAS DE LA ENERGÍA LEONINA
Psicológicamente la persona con gran carga del signo de Leo tenderá a sentirse diferente, a
cortar ciertos lazos (internos y/o externos) de conexión identitaria familiar para así expresar
su particularidad.
Esta diferenciación lo puede llevar a ser una persona egocéntrica, auto-referencial y exhibicionista ya que va a necesitar mostrar constantemente su brillo.
Atravesando esta primera instancia y evolucionando la energía podrá irse desapegando de la necesidad de la mirada y el reconocimiento externo y aún así mantener la capacidad de irradiación resonando con su mundo vincular exterior.
Uno de los arquetipos típicamente leoninos tiene que ver con EL REY / LA REINA.
Este arquetipo nos habla por un lado de una figura única, central y de gobernancia... pero también este Rey no puede entenderse sin su pueblo: El rey centraliza y el pueblo es centralizado.
Es así que la persona leonina va a tender (y va a tener cierta facilidad para hacerlo) a organizar y crear su propia corte, crear grupos (no tienen que ser de muchas personas)
dónde tener un lugar central, donde poder liderar.
También la imagen del Rey en Leo la podemos asociar al “sentirse especial” característico de Leo. Un Rey tiene la creencia de ser “el elegido”, de tener un don divino. Es por ello que el orgullo y la soberbia son cualidades asociadas a este signo, porque la persona va a sentir que tiene un don especial y único y puede llegar a sentirse superior al resto.
“El de Leo es un movimiento de feed-back que prodríamos llamar <autoexpresión>: Yo soy aquél que se muestra, que pone
toda la energía en mostrarse a sí mismo para provocar una respuesta del otro que va a confirmar ese sí mismo que
encontré...” Este es el movimiento primario de Leo, y justamente, el aprendizaje de Leo va a ser independizarse del retorno.
Eugenio Carutti (astrólogo humanista)
Otra de las imágenes asociadas a Leo es la de EL ACTOR, que sube al escenario para
expresar todo su potencial y ser aplaudido...
-Pero ¿qué pasa si la energía leonina no se siente mirada, admirada y reconocida?
- Si la persona no está atravesada en mayor medida por otro aspecto natal, seguramente pensará que los otros están equivocados, que no saben apreciar su arte y potencial.
ZODIACAL"
QUEDAR PRESO DE SU IMAGEN
Si el reconocimiento está dado y recibe constante aplauso y recompensa la persona leonina
puede quedar capturada por su propia imagen y depender de ella. Es así como de la
dependencia de la familia y los grupos de pertenencia (cáncer) pasamos a la dependencia
de aquellos -la corte- que reflejan la propia imagen (leo).
Puede que lo que suceda es que la persona haya quedado tan atrapada por su propio
personaje que sienta que hay otras partes de él que no pueden ser mostradas, como por
ejemplo su vulnerabilidad, sus miedos, sus dudas, su dolor, su frustración...
A Leo le va a costar conectar con todo aquello que siente que “no brilla” en él, todo
aquello que cree que no va a ser valorado o que lo conecta con el “común de los humanos”.
Es por ello que por un lado le va a costar conectar con sus sombras y lo que considere
negativo o desagradable y por otro -si logra conectar con su lado más vulnerable- le va a
costar compartirlo con un otro y expresarlo y en consecuencia sentir mucha soledad.
“Si Leo se queda en el aspecto egoísta y orgulloso de la autosatisfacción nunca puede acceder al conocimiento y ver la grandeza real del ser humano.
Astrología y Mitología de Teresa Andreu
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