El sol dejó atrás la irradiación y la creatividad de Leo para adentrarse en el signo de Virgo. Después de haber entendido quien soy para brillar desde mi propia autenticidad, este signo asociado al trabajo y al servicio nos permite analizar, revisar y ajustar cada parcela de nuestra vida a través de la observación y la clasificación.
Es un buen momento para sacar aquello que no nos sirve y priorizar lo importante: hacer listas, decidir prioridades, ordenarnos...
También esta cualidad energética nos habla de la salud y la higiene y de crear nuevas rutinas en pos de una mejor alimentación y cuidado de nuestro cuerpo. Si llevas tiempo queriéndote poner al día con estas cuestiones, dietas, dejar malos hábitos, ir al gimnasio... conectar con la energía de virgo puede ayudarte a crear esa rutina. ¿Hace tiempo que tienes que ir a algún médico, hacerte algún chequeo? Ponlo arriba de la listita en los primeros puestos.
Si en cambio ya eres una persona que conecta fácilmente con esta energía te invito a estar atento a no excederte de perfeccionista y querer que todo esté obsesivamente ordenado. Virgo puede ser demasiado detallista y no permitirse el juego, la improvisación, ser espontáneo. También hay que prestarles atención y observar aquellos pensamientos repetitivos que giran una y otra vez entorno a una idea no permitiéndote ejecutar o tomar decisiones por deseo propio. De vuelta el perfeccionismo puede hacernos perder la oportunidad de encontrar algo nuevo a partir del error, del imprevisto. Deja espacio para aquello que no haya sido pre-digitado por ti, algo que no evaluaste puede sorprenderte y enriquecerte.