Urano en Géminis: revolucionando el conocimiento y la palabra
- 1 jul
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Este 7 de julio de 2025, Urano entra por primera vez en el signo de Géminis (volverá a hacerlo. Su última visita fue entre 1942 y 1949, en un mundo marcado por los efectos de la Segunda Guerra Mundial y los inicios de grandes transformaciones culturales y tecnológicas. Como cada vez que un planeta transpersonal cambia de signo, este evento no busca dar certezas, sino abrir preguntas, simbolizar climas colectivos y permitirnos ampliar la comprensión del momento histórico que vivimos.
Pero qué significa esto desde una mirada simbólica y psicológica?
¿Qué sucedió anteriormente en la historia relacionado con Urano en Géminis? Y, más importante aún, ¿qué oportunidades se abren para cuestionar la forma en la que comunicamos, aprendemos y compartimos el conocimiento?
A lo largo de este artículo no haremos astrología mundial ni predicciones, sino que utilizaremos el lenguaje simbólico para aprender a leer las señales del cielo como un espejo del alma colectiva. Porque en definitiva, la astrología nos invita a comprender mejor el tiempo que nos toca vivir.
Urano y el despertar: del mito de Gaia al fuego de Prometeo
Urano es, en astrología, el símbolo de lo disruptivo, lo imprevisible y lo que irrumpe para romper con lo establecido. Representa la chispa que nos despierta, que quiebra la repetición automática para abrir una nueva posibilidad. Es el rayo que ilumina, pero también el que sacude.
Desde el mito griego, Urano (el Cielo) era la fuerza celeste que cubría y fecundaba constantemente a Gaia (la Tierra). Pero al rechazar a sus propios hijos por considerarlos imperfectos, Urano los encerró en el vientre de su madre. Gaia, harta de esta tiranía, pidió ayuda a uno de sus hijos, Saturno, quien lo castró y separó definitivamente el cielo de la tierra. Así se interrumpió un ciclo repetitivo y se abrió la posibilidad de una nueva creación. El mito nos habla del corte necesario para dar lugar a algo nuevo.
Pero también hay otra figura que nos permite entender a Urano desde una perspectiva más psicológica y contemporánea: Prometeo. El titán que desafió a los dioses robándoles el fuego para entregárselo a los humanos. Ese fuego simboliza la conciencia, el conocimiento y la voluntad. Urano como Prometeo es quien interrumpe el orden impuesto para abrir el acceso al saber, democratizándolo. No casualmente, Prometeo fue castigado por su rebeldía, encadenado por entregar a la humanidad una herramienta de empoderamiento.
Este Urano, entonces, nos habla de rupturas necesarias para avanzar. No rompe por capricho, sino para liberar. Nos enfrenta a lo nuevo, incluso cuando no estamos preparados. Y al ingresar en Géminis, el signo de la palabra, la mente y la comunicación, su acción se vuelve especialmente poderosa:
¿qué ideas necesitan ser liberadas?
¿qué formas de pensar caducaron?
¿quiénes tienen voz y quiénes no?

Quizá durante este tránsito podamos ver, simbólicamente, a un nuevo Prometeo de la palabra. Alguien —o muchos— que, como un Robin Hood lingüístico, se atrevan a devolver al pueblo un lenguaje robado, manipulado o elitizado. Pero también podríamos encontrarnos con la figura del trickster embaucador, alguien que, bajo la bandera de la “libertad”, use la palabra como trampa, como engaño, como espejismo.
¿Os suena a algo… o a alguien?
Géminis: la mente como territorio de disputa
Géminis es el signo del pensamiento, la palabra y la conexión entre pares. Nos habla de la curiosidad, el aprendizaje, el intercambio y también de la ambigüedad, la multiplicidad de perspectivas y el juego de los espejos. Cuando Urano transita por este signo, las ideas se aceleran, los discursos se diversifican y los medios para comunicar se transforman radicalmente.
No es casual que cada vez que Urano pasó por Géminis ocurrieran revoluciones simbólicas en torno al lenguaje y el conocimiento: la invención de la imprenta (1444), la traducción de la Biblia al alemán por Lutero (1522), el nacimiento del periodismo moderno y los primeros diccionarios (1690s), o la expansión del acceso universitario tras la Segunda Guerra Mundial (1940s). Cada uno de estos momentos marcó una apertura en la forma en que las personas accedían a la información y tomaban conciencia de su voz.
Géminis, como signo mutable de aire, no impone un camino único: lo multiplica. Y Urano, al atravesarlo, puede llevarnos a elegir entre la apertura de mentes… o la fragmentación total del pensamiento.
¿Qué podríamos esperar simbólicamente de Urano en Géminis?
Con Urano en Géminis, el eje simbólico del pensamiento, el lenguaje y la comunicación colectiva entra en un proceso de RENOVACIÓN. No se trata de adivinar lo que va a ocurrir, sino de abrir el campo de posibilidades que este tránsito puede activar a nivel cultural, educativo y psicológico.
Podríamos ver surgir nuevas formas de aprender, de enseñar, de intercambiar ideas. Tal vez las escuelas y universidades enfrenten cambios como por ejemplo que surjan nuevas plataformas que redefinan por el acceso al conocimiento. La inteligencia artificial, los algoritmos y las redes sociales —ya tan presentes en nuestra vida cotidiana— podrían convertirse en espejos mentales cada vez más poderosos, que reflejen nuestras creencias, sesgos y formas de pensamiento.
Pero ahí también reside el riesgo: una creciente polarización mental, guerras de narrativas, verdades paralelas, fragmentación del lenguaje. Si cada quien habita su propia burbuja informativa, ¿qué queda del diálogo genuino? ¿Y del pensamiento crítico?
Quizás espero que podamos ser testigos del surgimiento de figuras que busquen recuperar el valor de la palabra. ¿Aparecerá un nuevo Pepe Mujica del lenguaje, alguien que devuelva a las personas una forma de nombrar y comprender el mundo desde otro lugar? ¿O seguirán apareciendo figuras como Milei o Trump que, bajo el disfraz de la libertad de expresión, se aprovechan para manipular con discursos vacíos de sentido y maltratando el concepto de libertad?
En un mundo que ya no sabe muy bien qué es verdad y qué es artificio ojalá nos invitemos -aunque sea un trabajo mucho más arduo y lento- a que con Urano en Géminis recuperemos el pensamiento crítico, la escucha activa y el arte de conversar.

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